Las acciones con dividendos se han convertido en una parte indispensable de las carteras de muchos inversores. Sin embargo, las diferencias entre los dividendos pueden ser considerables. Una selección sistemática de sectores y valores individuales como parte de la gestión activa, separa rápidamente el grano de la paja. Las diferencias entre la empresa con mejor y peor comportamiento dentro de un índice o sector y en un solo año natural pueden ser de hasta el 60 o el 70%. En casos excepcionales, la diferencia puede incluso superar el 100%.
El nivel de dividendos en relación con los beneficios y los flujos de caja generados es otro criterio importante de selección de valores. Si dividimos las empresas del índice S&P-500 desde 1930 en quintiles en función de su rentabilidad por dividendo, también se aprecian diferencias considerables. Por ejemplo, las empresas del primer quintil han pagado los dividendos absolutos más altos. Sin embargo, las empresas que pagan los dividendos más elevados no resultan ser las más rentables a largo plazo. Por el contrario, los valores del segundo quintil suelen mostrar históricamente mejores resultados que los del primer quintil. Por lo tanto, los dividendos más altos no son los “mejores” a largo plazo.
Una posible explicación de este fenómeno radica en el porcentaje de reparto –payout-, es decir, la proporción de dividendos pagados sobre los beneficios reales de las empresas. Mientras que este valor era del 70 % para las empresas del primer quintil, las empresas del segundo quintil sólo repartían el 40 % de los beneficios en forma de dividendos. La conclusión es que las empresas del primer quintil probablemente distribuyeron demasiados beneficios. Esto ha repercutido en los resultados a largo plazo, ya que el capital distribuido a los accionistas faltó para que las empresas siguieran mejorando. Por lo tanto, los inversores deberían asegurarse de que el reparto de dividendos de sus empresas favoritas no va en detrimento de los planes de expansión, el crecimiento o la capacidad de innovación.
Por consiguiente, a la hora de elegir valores con dividendos, los inversores deben prestar atención a la relación entre el nivel de la rentabilidad por dividendo y el rendimiento de las empresas. Dentro del universo del índice MSCI World, las empresas con una rentabilidad media por dividendo del 2% al 4% y del 4% al 6% suelen superar a largo plazo a las empresas que pagan una rentabilidad por dividendo elevada (más del 6%) o muy baja (0% al 2%).
La decisión de las empresas de pagar dividendos y de aumentar o reducir sus pagos de dividendos también influye en los resultados a largo plazo. La conexión entre el atributo “pagador de dividendos fiable y con incrementos regulares” y los resultados a largo plazo es evidente.
Los rendimientos de la recompra de acciones también son indispensables para una visión global de los rendimientos para los accionistas. En relación con el S&P 500, estos rendimientos de la recompra de acciones son superiores a los rendimientos por dividendos en muchos sectores (por ejemplo, el financiero y el industrial). En una media de 20 años, esto aplica incluso a muchos otros sectores. En ese mismo periodo de tiempo, la rentabilidad histórica de la recompra de acciones para todo el índice S&P 500, del 1,7%, es casi tan alta como la rentabilidad histórica de los dividendos, del 2,1%. Sin embargo, no hay que olvidar que los rendimientos de la recompra de acciones en sectores individuales también pueden ser negativos, como ocurre actualmente en el sector inmobiliario, por ejemplo.
En resumen, los valores con dividendos estables y fiables pueden identificarse sobre la base de criterios claramente definidos. Lo ideal es que el porcentaje de reparto se sitúe entre el 40% y el 60%, es decir, ni demasiado alto ni demasiado bajo. También es importante que el pago de dividendos esté cubierto por el flujo de caja libre. Los dividendos reinvertidos garantizan un aumento sostenible del valor y pueden contribuir significativamente a la rentabilidad global de la cartera.
En este sentido, el equipo de gestión del fondo DJE Zins & Dividende (PA) se basa en esta estrategia de dividendos establecida por DJE, ya que los dividendos pueden contribuir en gran medida a la rentabilidad a lo largo del tiempo debido al efecto de interés compuesto. Los análisis a largo plazo muestran que sólo alrededor de la mitad de las ganancias se basan en subidas de precios. La otra mitad se debe a los dividendos. La gestión del fondo presta atención a los pagos recurrentes de dividendos, así como a una política empresarial favorable a los inversores con devoluciones de capital y recompras de acciones (rentabilidad total para el accionista). La selección de valores busca una rentabilidad por dividendo superior a la media en comparación con el mercado de renta variable en general.
Altment Capital Partners representa a DJE Kapital en exclusiva en Iberia.
Nota: Se trata de un anuncio publicitario. Por favor, lea el folleto del fondo correspondiente y el PRIIPs KID antes de tomar una decisión final de inversión. También contiene información detallada sobre oportunidades y riesgos. Estos documentos pueden consultarse gratuitamente en alemán en www.dje.de bajo el fondo correspondiente. Un resumen de los derechos del inversor puede descargarse gratuitamente en alemán en formato electrónico de la página web www.dje.de/zusammenfassung-der-anlegerrechte. Toda la información aquí publicada es meramente informativa, está sujeta a cambios y no constituye asesoramiento de inversión ni ninguna otra recomendación. Las declaraciones contenidas en este podcast reflejan la valoración actual de DJE Kapital AG. Las opiniones expresadas pueden cambiar en cualquier momento sin previo aviso. Todas las declaraciones realizadas se han hecho con cuidado de acuerdo con el estado de los conocimientos en el momento de la preparación. Sin embargo, no se puede asumir ninguna garantía ni responsabilidad por la exactitud e integridad de las mismas.